¡Hola lectores! ¿Me echabais de menos? Yo a vosotros sí, pero he estado de exámenes y he dejado un poco de lado el blog. Hoy he acabado los exámenes y ya vuelvo de nuevo al 100% con el blog. Hoy tenéis para vosotros una entrada no muy extensa, pero yo creo que sí bastante eficaz. Por fin hago uno de los dos reportajes que prometí hace meses, y que tenía en el tintero. Parque de Atracciones de Madrid. ¡Espero que os guste!
Parque de Atracciones de Madrid (2010)
Lunes 9 de agosto de 2010, día elegido para hacer mi primera visita al mayor parque de atracciones de España: Parque de Atracciones de Madrid. Cuarto parque con atracciones (segundo de atracciones) que añadía a mi currículum parqueril, con un total de 6 (que acabaron siendo 4) coasters nada desperdiciables y una cantidad de rides que te invitan a pasar un día de un lado a otro dentro del recinto.
El parque tiene dos entradas, la principal, que te lleva directamente a la avenida principal del parque, desde donde llegas rápidamente a cualquier lugar; y una trasera, situada en la zona infantil, cercana a la boca de metro de Batán. Para situaros un poco, podéis pinchar
aquí para ver el mapa interactivo de la web del parque. Yo accedí por la entrada trasera (Batán).
La primera ride que probé en el parque fue una de las más tranquilas y relajantes, así como curiosa por sus vistas y su rápida carga (hablamos de un lunes de agosto por la mañana), Tren Elevado. Largo y entretenido, pues te da un paseo por toda la zona infantil y ves las rides infantiles desde arriba. Muy recomendado montar en él, si se tiene el tiempo suficiente. Al acabar allí, monté en Caballos del Oeste, que es muy similar a Las Llamas (Isla Mágica), aunque ahí si te dejan montar en un caballo tú sólo, y el recorrido es más largo, y me dirigí a riddear la primera coaster del parque: Turbulencia.
Caballos del Oeste, una ride simple y larga.
A día de hoy, esta estúpida norma se ha quitado en el parque, pero me llevé una gran sorpresa: No me dejaron montar ni en Turbulencia ni en Vagones Locos porque mi acompañante (mi hermana pequeña) medía más de 1'50 metros (de hecho, medía 1'52 m). Así que me tuve que resignar, pues ni explicándole a los trabajadores que había ido desde Sevilla con la ilusión de montar en las 6 montañas rusas del parque me dejaron pasar.
Tras el primer palo (y único por parte del parque) del día, dejé atras la zona infantil para encarar, ya sí, rides de mayor calibre. La primera fue una de las grandes sorpresas del día: Los Fiordos. Es una de las mejores atracciones de agua que he probado, no por el hecho de ser impresionante ni nada, sino porque disfruté la velocidad de la barcaza a ras de agua a toda velocidad durante unos segundos. Sorpresón muy grato el que me llevé al probar la splash de Zamperla del parque.
Castillo de Los Fiordos, uno de los puntos más bonitos del parque.
Y ahora sí que sí, la primera coaster del parque iba a ser devorada por el que os habla con muchas ganas: Vértigo. Quizás demasiada cola para lo que me esperaba, una wild mouse muy floja para haber sido presentada como novedad 2009 con tanto revuelo, aunque al fin y al cabo es una coaster más. Eso sí, sencaciones de choque las tienes a montones, pues yo tenía la sensación de que si levantaba los brazos iban a quedarse enganchados en los soportes de la coaster.
Vértigo desde abajo.
Tras dos atracciones relevantes ya probadas, tocaba algo más tranquilo, pero refrescante: Los Rápidos. Como os daréis cuenta, no se complican mucho los nombres en el parque, aunque siendo de atracciones tampoco le hace mucha falta. Unos rápidos largos, algo bruscos, con poco theming y bastante sosos. No mojan mucho comparados con ACME (Parque Warner) u Orinoco (Isla Mágica), aunque un viajecito en ellos relaja la calor de Madrid en pleno verano.
Los Rápidos desde el mirador.
Rozaba ya la hora de comer, y encaré la coaster más impactante del parque. La verdadera razón de mi entusiasmo por visitar el parque, la coaster que me enamoró desde abajo, y también lo hizo desde arriba.
Abismo, la joya incompleta (clicar para ver el análisis detallado) , hacía delicias de mi boca... y me daba hambre. Así que tras probarla, tocaba comer en una pizzería cercana a la coaster.
Cartel y parte del layout de Abismo
Tras el almuerzo, tocaba ver el único simulador que pude probar del parque, y sin duda otra gran sorpresa. Desperado me arrancó carcajadas mientras disparaba. Una atracción muy pero que muy entretenida para echar unas risas y descansar de las emociones fuertes, aunque si hay cola puedes pasarte esperando un buen rato. Tras ello, Fantasía, La jungla y Zeppelin amenizaban las cuatro de la tarde con distintos paseos tranquilos y curiosos. La primera de las rides es una copia a escala del maravilloso It's Small World de Disneyland, la segunda una ride de paseo al aire libre donde pasas por distintos lugares del amazonas y la tercera, un paseo en zeppelin por todo el parque. Atracciones muy bonitas, donde se puede sacar bastantes fotos curiosas.
Y al fin, la
la joya oculta del parque, Tarántula (hacer clic para leer el análisis), hacía de mi entrada al PAM un gasto muy bien pagado, pues fue una sensación brutal. Tras ella, tocó viajar al inframundo de
La Cueva de las Tarántulas, una dark ride interactiva más dark que ride o interactiva, porque es muy oscura y no tiene mucha historia. Un recuento de puntos muy raro, las pistolas sirven de linterna y unas cuantas tarántulas gigantes son todo el theming del interior.
Tarántula, con uno de los trenes en el top del lift.
La última ride acuática que me quedaba era la flume del parque, Aserradero. Caídas bajas, lifts matadores y una cueva bastante rara con una cascada que te cala por completo. una flume muy muy cortita, de la que esperaba algo más. Supongo que ya se le notan los años.
Era ya la hora de merendar y mi visita se vio un poco truncada por un dolor de cabeza que cada vez se pronunciaba más en mi cuerpo, pero no me iba a dejar sin la cuarta coaster de mi visita, Tornado. Una suspended coaster de intamin con 3 inversiones, unos trenes larguísimos, y muy suave, baja y rápida para su altura. Una buena coaster que se come attendance, y que también me agradó bastante. No ofrece unas emociones brutales, pero sí un viaje bastante ameno.
Tornado, al empezar el primer looping
Y hasta ahí dio mi visita. La cantidad de gente en el parque aumentó considerablemente, y mi dolor de cabeza también. Así que tengo una visita pendiente al PAM para montar en atracciones como la Noria, Rotor, Top Spin, la Máquina, Tifón, Star Flyer (cerrada aquel día) y Viejo Caserón.
Un par de fotos mientras me dirigía a la salida.
Espero que os haya gustado el reportaje, y os recomiendo mucho la visita al parque, tiene muchas cosas por probar.
¡Saludos, lectores!